viernes, 13 de mayo de 2011

4-.Norbert Weiner

Norbert Wiener (November 26, 1894, Columbia, Missouri – March 18, 1964, Stockholm, Sweden) was an American mathematician.
A famous child prodigy, Wiener later became an early researcher in stochastic and noise processes, contributing work relevant to electronic engineering, electronic communication, and control systems.
Wiener is regarded as the originator of cybernetics, a formalization of the notion of feedback, with many implications for engineering, systems control, computer science, biology, philosophy, and the organization of society.
Link: http://en.wikipedia.org/wiki/Norbert_Wiener
Nombre del personaje: Norbert Wiener
Fecha de nacimiento:
26 de noviembre de 1894
Fecha de fallecimiento:
18 de marzo de 1964
Origen:
Missouri, Columbia, Estados Unidos
Actividad:
Matemático
Época:
Contemporánea


Matemático norteamericano, Norbert Weiner. Desde su infancia mostró tener un cerebro privilegiado. A los 18 años obtiene su doctorado en Filosofía en la Universidad de Harvard, fue profesor de Lógica matemática en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, aunque, a lo largo de su vida, impartió cursos en numerosas universidades de otros países, como México, Gran Bretaña, India, etc.
Cuenta una anécdota que estaba previsto que al cabo de un mes el profesor Wiener y su familia cambiasen de casa. Su mujer, que conocía perfectamente la cabeza de su pareja, comenzó a recordarle todos los días, antes de que su marido saliese para clase, los avatares de la mudanza: "Norbert, acuérdate que dentro de treinta días nos cambiamos de casa y que, cuando salgas de la universidad, no tendrás que coger el mismo autobús sino el que te llevará a la zona de nuestra nueva morada". "Si querida", respondía Wiener.
Así día a día, la paciente esposa, advirtió a su marido del cambio. "Hoy es el día". - le indicó - "Recuerda que debes subir, al salir de clase, al autobús que te llevará a nuestra nueva casa". "No te preocupes. Adiós, querida".
Claro está, al salir de la universidad, Norbert cogió el autobús de siempre. Llegó a su antigua casa y al bajar se dio cuenta que ya no vivía en aquel lugar. Como no sabía ir, desde allí, a su nueva casa, cogió de nuevo el autobús que le llevaba todos los días a la universidad. Se bajó y esperó a que llegase el otro. Se subió y llegó a la zona residencial que albergaba su nueva vivienda. Al bajar se encontró con una gran número de chalés y no fue capaz de identificar el suyo. Empezó a dar vueltas. Se estaba haciendo de noche y todavía no había encontrado su hogar. Perdido, se acercó a una niña que iba por la calle y le dijo: "Perdona. ¿No sabrás dónde viven los Wiener?". "Si papá, venga, te llevo a casa".
Entre los años 1920 y 1923, Wiener se preocupó por un fenómeno físico sin demasiada importancia en esta ciencia, el llamado movimiento browniano, que se refiere al movimiento perpetuo que tienen las partículas disueltas en un líquido (por ejemplo, raspaduras de roca en agua), movimiento irregular que no parece responder a ninguna ley física. Einstein, a principios del siglo XX, dio una explicación satisfactoria de este movimiento, desde la termodinámica, obviando los complicados caminos en zig-zag de las partículas brownianas.Wiener se preocupó del estudio de las trayectorias de dicho movimiento, aplicando sus conocimientos matemáticos. Las propias trayectorias de las partículas le sugirieron la idea de un camino que zigzagueara tanto que fuera, prácticamente, sólo ángulos y picos.

Inventó así una función no diferenciable en ningun punto, de difícil representación, pero no más abstracta que cualquier otro objeto geométrico como el punto o la recta (de mejor visualización). Desarrolló una medida de las probabilidades para conjuntos de trayectorias que no son diferenciables en ningún punto, asociando una probabilidad a cada conjunto de trayectorias, aprovechando la interpretación dada por Einstein al movimiento browniano.

Construyó así una probabilidad que permitiría describir el fenómeno en términos matemáticos, en lo que se refiere a la trayectoria y posición de las partículas a través del tiempo.
El trabajo de Wiener sobre el movimiento browniano estableció un importante precedente para hallar aplicaciones en Física, Ingeniería y Biología; además, permitió formular un problema de cálculo de probabilidades en términos de la medida de Lebesgue, que utilizaría diez años más tarde Kolmogorov para la formalización del cálculo de probabilidades.
En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, sus investigaciones acerca de robots automáticos que pudieran reemplazar o sustituir con ventaja a los combatientes, sentaron los fundamentos de una nueva ciencia: la cibernética, vocablo adoptado por Wiener en el año 1947 y que procede del griego Kybernetes, es decir, piloto o timonel.

La ciencia cibernética, muy compleja, estudia, valiéndose para ello de las matemáticas, la física, la sociología, la neurofisiología, etc.: "los mecanismos de control y de comunicación en los seres vivos y en las máquinas". Así, del estudio del sistema nervioso se ha derivado la noción fundamental de feed-back, que permite la autocorrección de un motor mediante la información que le es enviada utilizando parte de la energía producida por él mismo (servomecanismo).

Una de las definiciones más acertadas de esta ciencia es la debida a Conffignal, quien define la cibernética como "el arte de hacer eficaz la acción".
Wiener dejó importantes obras: Cibernética: control y comunicación en el animal y en la máquina (1948), Matemáticas, mi vida (1961), Dios y Golem (1965), Hombre y hombre máquina (1966).
Si echamos una mirada a nuestro alrededor, no cabe duda de que hoy en día es así: "robots-obreros" en las fábricas, "analistas" en los laboratorios, "pilotos automáticos" en los aviones, etc. Por ello, a nuestra época se la ha llamado era de la cibernética, cuyo "padre" fue Norbert Wiener.

Two months before his death, in a ceremony at the White House, Norbert Wiener was awarded the National Medal of Science. The citation by President Johnson said: " . . . for marvelously versatile contributions, profoundly original, ranging within pure and applied mathematics, and penetrating boldly into the engineering and biological sciences."
Our assignment here is twofold: we want to explore how Wiener came to penetrate into biology, a field into which few real mathematicians had strayed before him; we should also like to assess, no matter how incompletely, the imprint that Wiener has left upon the sciences of Life and Man.
From his early youth Wiener, the prodigy, acquired intensive experience in the manipulation of both mathematical and linguistic symbols; but his career choice seemed initially little related to these skills. Perhaps in part due to his father's acquaintance with Walter B. Cannon, Norbert seemed sufficiently interested in biology to become a graduate student in zoology at Harvard University, after he had graduated at the age of 14 from Tufts College. But, in spite of his interest in the subject matter, Norbert had neither the manual skill nor the patience to do well in the graduate courses in biology of that era. In one of his autobiographical books Wiener commented on the contrast between his quick insight into ideas and his extreme lack of manual dexterity as follows:
"This impatience was largely the result of a combination of my mental quickness and physical slowness. I would see the end to be accomplished long before I could labor through the manipulative stages that were to bring me there. When scientific work consists in meticulously careful and precise manipulation which is always to be accompanied by a neat record of progress, both written and graphical, impatience is a real handicap. How much of a handicap this syndrome of clumsiness was I could not know until I had tried. I had moved into biology, not because it corresponded with what I knew I could do, but because it corresponded with what I wanted to do.
"It was inevitable that those about me discouraged me from further work in zoology and all other sciences of experiment and observation. Nevertheless, I have subsequently done effective work together with physiologists and other laboratory scientists who are better experimenters than I, and I have made some definite contributions to modern physiological worker"

After a short period as a "philosopher despite himself," Wiener found his way into mathematics via a doctoral dissertation in the area of Russellian logic, and a few "Wander"-semesters at Cambridge (on the Cam) and Gottingen. The involvement of America in World War I brought Norbert Wiener to the Aberdeen Proving Grounds and involved him in the computation of ballistic tables. After a short and not too happy interlude as a journalist, Wiener joined the Massachusetts Institute of Technology Mathematics Department in 1919. Although during the next 45 years Wiener remained a productive member of this Department, he had an important influence in many other departments of the Institute as well. Few are the fields of science, engineering, social science or even humanistic scholarship which Wiener's thoughts failed to stir up, often in a rather unorthodox manner. Wiener's presence at M.I.T. spans the period during which the Institute transformed itself from a technical school into a university of a novel type, one apolarized around science," and his intellectual virtuosity, curiosity and integrity contributed importantly to that transition.
When Wiener came to M.I.T., the Mathematics Department was predominantly a service department concerned with preparing students for engineering careers. In a manner which more pure mathematicians in the United States could emulate, Wiener did not hesitate to become interested in the problems of his engineering colleagues. When many years later the great English mathematician, Hardy, claimed that Wiener's engineering terminology was mere camouflage, he misunderstood both Wiener's motivations and sense of social responsibility. Even the purest of mathematics can be a potent tool in very practical pursuits, and Wiener felt that mathematicians, to be effective, need to realize that their labors are changing the nature of society.
Most of Wiener's later mathematical work stemmed from his early interest in the study of irregularities and in his attempts to give meaningful mathematical descriptions of such irregularities, no matter where in nature they occur. His study of Brownian motion led him to study forms of harmonic analysis more general than the classical Fourier series and the Fourier integral. He developed both auto- and cross-correlation analysis and related them to the established forms of spectral analysis.

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